viernes, 11 de septiembre de 2009

Siempre Regreso a Ti de Pedro Francisco Almaida

Entrada escrita por Pedro Francisco Almaida (el propio autor)

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“Siempre regreso a ti”, una novela con la ansiedad como telón de fondo
Pedro Francisco Almaida


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Nunca pensé que mi primer libro fuera a tratar de un tema como el de la ansiedad ni que fuera a ser algo tan personal. Pero se fue escribiendo solo. Yo no elegí vivir aquella experiencia como no decidí que iría escribiendo una especie de diario que me ayudaría a superar la angustia que sentía.
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En mayo de 2005 mi vida se rompió en mil pedazos; tuve que pararme en mitad del camino y reflexionar acerca de lo que había hecho mal. Nunca me había pasado una cosa así. Fue un golpe de ansiedad tan fuerte que los cimientos de mi personalidad se tambalearon. De repente, mi mente se reveló contra mí y comenzaron a dibujarse en mi cabeza todo tipo de pensamientos homicidas. Algunos aparecían acompañados de imágenes tan vívidas que después me costaba reconocer que aquello no había ocurrido en realidad. A los pensamientos se sumó una terrible inseguridad —empecé a dudar de mi propia naturaleza— y sobre todo, el miedo; tenía mucho miedo.
No sabía qué me ocurría, creí que me había vuelto loco, en el hospital me recetaron ansiolíticos y antidepresivos sin darle mayor importancia al asunto. Deambulé desesperado, sin rumbo, me sentía muy solo… hasta que acudí a una clínica psicológica.
Fue entonces cuando empecé el largo camino hacia la recuperación, hacia el reencuentro, hacia el perdón. Supe que sufría un trastorno de ansiedad, que mi mente tenía un marcado carácter obsesivo-compulsivo, que lo que me ocurría no era algo tan raro, más bien todo lo contrario. Fue entonces cuando empecé a escribir una especie de diario con todo aquello que iba aprendiendo. Eran como una especie de cartas escritas a mí mismo en las que me daba ánimos y me repetía una y otra vez las lecciones que habían de marcar un cambio significativo en mi estado. Con ellas me sentía menos solo, sentía que la recuperación era posible. Les ponía título y las ordenaba cronológicamente —de esta manera se iba plasmando una evolución—. Ante una recaída, las podía leer y, así, darme cuenta de que no volvía al principio, de que ya llevaba camino transitado.
Cuando hubo transcurrido un tiempo suficiente como para ver aquel diario desde cierta distancia, comencé a pensar que quizás podría contribuir a que las personas que sufrieran trastornos de ansiedad no se sintieran tan solas como yo me había sentido los primeros días. Que no echaran en falta —como me había ocurrido a mí— que alguien les contará su experiencia tal y como la había vivido en primera persona —Por muy bien descrito que estuviera un caso en un libro de psicología, faltaban las emociones, los sentimientos tan profundos que se viven en esos momentos—. Le mostré a mi psicóloga las cartas y el libro comenzó a tomar forma.
En él aparecen esas cartas en mitad de una sencilla historia, la de un joven periodista catalán que retoma su trabajo después de sufrir un trastorno de ansiedad. Su primer encargo implicará viajar a La Azohía, un pequeño pueblo de la costa murciana, para realizar un reportaje. Durante el camino irá leyendo las páginas que escribió cuando se encontraba desbordado por sus pensamientos y emprenderá un nuevo rumbo apoyándose sobre las lecciones aprendidas.
Se trata de la historia de un hombre que un día se encontró roto y de cómo las palabras le fueron indicando el camino…
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Agorafobia.
Mi caso surgió durante la enfermedad de mi Padre, y con su muerte, mi cabeza exlotó en mil pedazos. Hace un año dejé de viajar, de ir al supermercado, al cine, a bares, a pasar más tiempo en la calle fumando que en mi puesto de trabajo...Los médicos dijeron que era: LA TENSIÓN baja. Menos mal que me puse en tratamiento. Ahora me encuentro muy bien. Hace poco cogí un avión!
A.A.N.

Anónimo dijo...

enhorabuena A.A.N !!! si has cogido un avión seguro q has podido superar otras situaciones q dejaste de hacer.
El tratamiento psicologico es clave, yo estoy actualemente, como no en Psicode, y aun me queda mucho por superar pero eso sí, ahora tengo esperanza y ganas de luchar!! testimonios como el tuyo me llenan de fuerza.
C.D.